sábado, 30 de octubre de 2010

VIVID! Aunque sólo sea un instante...

A veces, cuando crees que la vida puede contigo, lo mejor es desconectar de todo, volver a las viejas costumbres, tomarte un día para ti misma, relajarte y disfrutar, y quien sabe, hasta volverte a enamorar, más si cabe.
Al final del día, resulta que te encuentras a ti misma, que consigues echar a ese ser enfurruñado y cascarrabias que te invadía, que vuelves a sentirte una niña, que vuelves a reír y a sentirte bien.
Así que bien, por primera vez voy a permitirme el lujo de daros un consejo:


Cuando veáis que la vida os puede, que no sois los mismos, cuando os sentís al borde del abismo, dejadlo todo.
Aunque sea sólo por una tarde.
Volved a encontraros a vosotros mismos, recuperad aquello que os hacía tan felices, eso que en ese momento os falta.
No penséis más que en disfrutar de vuestro día, sentíos vivos.
Y cuando el día llegue a su fin, volved a la realidad.
Os plantearéis nuevos retos, lo veréis todo con una sonrisa, y lo más importante de todo: os sentiréis bien, recuperaréis vuestra felicidad.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Yellow...

Reconozco que estas últimas semanas no son sólo estrellas lo que pasa por mi cabeza.
Reconozco que hay cierto punto de tristeza, uno de agobio y otro de soledad.
Reconozco que me falta gente, gente con la que antes podía contar y de la que podía fiarme a ojos cerrados, gente que me ha fallado a más no poder y que ahora resultan  hasta extraños.
Reconozco también que toda esta situación me puede, que se han ido mi alegría y mi ilusión. Se cansaron de esperarme.
Es cierto que él me anima, que hace todo lo posible por llenar ese vacío, aunque creo que en el fondo sabe que no es suficiente. O tal vez no la sabe, sé disimular increíblemente bien. Pero no os equivoquéis, le amo a más no poder.
Lo único que me recuerda a mí antes de todo esto es simplemente esta canción, mi canción.
O por lo menos lo era...



lunes, 25 de octubre de 2010

HELP!

Empecé esto por uno de mis sueños: el de escribir, el de hacer sentir a los demás las emociones más inimaginables posibles.
Pues bien, he decidido empezar:
Empiezo nuevo blog, una historia que espero os enganche y os haga disfrutar lo inconfesable.
Se admiten propuestas, así que decidme como queréis que continúe la historia, entre todos podemos construir la mejor historia jamás contada.
Seguidlo si os gusta, y si creéis que puede gustar, pasadlo a los demás.
Os lo agradeceré enormemente.
El sitio:  http://placeresinsospechados.blogspot.com/
Un beso a todos, y sobre todo a aquellos que día a día me comentan, me animan y me dan su opinión sobre mis textos, no os imagináis lo que me ayuda saber que no hablo sola, que no escribo simplemente para mi.


Att: Miss Independent.


sábado, 23 de octubre de 2010

Missing my life.

Echo de menos mi vida.
La vida en la que yo decidía, en la que se alternaban placer y obligación, en la que los momentos de felicidad en estado puro eran el día a día.
La de ahora la gobiernan los libros, y los exámenes imponen su horario. La bioquímica restringe su libertad de salir y Platón le roba sus bañeras de espuma.
El número e me acosa, los Cien Mil Hijos de San Luis intentan protegerme, pero no son suficientes, y las leyes de la termodinámica son por las que se rige ahora mi corazón.
El inglés me arrebata los sábados, y no existe oración subordinada lo suficientemente exacta que exprese las ganas que tengo de ver otra vez el centro bañado por la luz del sol.
Y todo esto por un sueño.
Mi sueño me ha robado mi vida.
Era una vida sin excesos, sin emociones fuertes, sin líos de culebrón, pero era mi vida, y la echo de menos.


viernes, 22 de octubre de 2010

Un, dos, tres, el mundo al revés.

Un día de esos que sale al revés.
De esos que te quedas dormida, de esos que llegas tarde, de esos que te equivocas de metro, de los que te olvidas de las cosas.
De esos en que tus citas también llegan tarde, de los que te dan la sensación de tiempo perdido, de esos en los que tú misma te pierdes, y acabas en un lugar desconocido, ya al anochecer buscando como loca una parada de metro.
De esos en los que te sientes enfadada, en los que no te apetece hacer nada más, de los que quieres tumbarte en la cama y desvanecerte.
De esos que aun así tienes que estudiar hasta la noche.
De esos que te desesperas, y que rezas por que se acaben.
Y sobre todo, uno de esos días que te hace reír hasta caer rendida cuando dos semanas más tarde lo recuerdas.


Todo lo negro tiene una parte blanca, no?
Cosas del Karma, dicen.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Just me.

Me gusta mi pelo naranja, con sus rizos imposibles de controlar, su volumen descabellado, y su alisado fácil.
Me gustan mis ojos marrones, a veces negros a veces miel, me gusta cuando brillan y el contraste de su color con mis cejas anaranjadas.
Me gusta mi obligo, tan redondo, tan profundo, tan gracioso, para beber chupitos, dicen.
Me gustan mi música rock y alternativa, que mi canción favorita sea una que pocos conocen.
Me gustan sus letras en inglés y el acento de sus cantantes; tan dulce y tan canalla.
Odio la música electrónica, la estridente, la que no dice nada. 
Me pierden los hombres con traje, y simplemente con camisa, los ojos azules, los verdes, y los que cambian de color según su estado de ánimo, como los suyos.
Me gusta jugar a pensar de que color es cada nombre, el color de cada persona, su alma.
Me encantan los besos largos, dulces, de esos que te hacen desvanecer de este mundo.
Admiro el cielo. La Luna y las estrellas. A veces me gustaría ser una de ellas.
Amo la playa. Y el mar. 
Me pasaría horas perdida meciéndome entre las olas, o simplemente en una roca escuchando su sonido. 
Tan inmenso, tan misterioso...


Soy toda nostalgia, y alegría.
Me encanta tumbarme en mi cama a escuchar un nuevo CD, sobre todo cuando no sabía que existía y descubro que me encanta.
Me gustan las tardes de lluvia, y llegar mojada a todos lados.
Me gustan las noches de invierno, y sobre todo, me pirro por dormir con miles de sábanas y mantas sobre mi cuerpo desnudo. Es increíble el calorcito que sientes al despertar.
Si fuera un color sería el morado, el rojo, el naranja, el azul, el verde.
Y si tuviera que elegir un lugar donde vivir elegiría una gran ciudad, con playa, con sol, alegre.
Mi hija se llamará Luna, no sé, pero me encanta ese nombre.
Es mágico.
Me gustan tantas cosas que tantas personas no comprenden...
Eso me encanta.
Aunque me da pena...
Por ellos.
No saben lo que se pierden.

Alive.

Era una noche fría.
Envuelta entre mil mantas se debatía en el más profundo de los sueños.
Colores borrosos, figuras distorsionadas, destellos de luz.
No entendía nada de todo aquello, pero había algo que la hechizaba, que la mantenía dormida y no le permitía salir.
Empezó a escuchar una melodía alegre, como de otro mundo. Empezó a caminar por la oscuridad intentando alcanzarla.
Necesitaba alcanzarla.
Corría con todas sus fuerzas, no conseguía llegar.
Su corazón se aceleraba, sentía como un pánico horrible se apoderaba de su ser.
Entonces la melodía cesó.
Un gran destello de luz.
Mar, estrellas, lugares inexistentes, explosiones de color.
Alegría, dolor, tristeza, pánico, frío, calor, placer.
Blanco.
Silencio.
A lo lejos una figura que no conseguía divisar con claridad.
Le tendía la mano.
"Ven, despierta, ven conmigo."
Susurros estremecedores que retumbaban en su cabeza, haciendo eco en aquel incierto escenario, destrozando por completo su blanca perfección.
"Ven, tu puedes, sigue mi voz."
Corrió.
Pedazos de cielo rompían contra el suelo.
Cristales rotos, silencio estremecedor.
Tuvo la sensación de estar volando, huyendo del fin del mundo.
Podía ver su mano, tan cerca, tan real, solo tenía que estirar un poco más el brazo.
Un segundo más y todo habría acabado.
Oscuridad.


-Seguiremos intentándolo, no te preocupes. Hoy hemos avanzado mucho, no pierdas la esperanza.
-Nunca lo haré. Me ha escuchado, estoy seguro. No ha llegado a tiempo. Pero despertará, me lo debe. Sabe que me lo debe.
-Eres consciente de que puede que al despertar no recuerde quien eres, verdad? Después de un accidente así y de un coma tan profundo no sabemos que puede ocurrir cuando despierte.
-Lo sé, pero sabrá quien soy. 
Ella aún me ama. Veo el amor en sus ojos. 
Aunque estén cerrados. 
Aunque estén en otro universo. 
Lo sé.



lunes, 18 de octubre de 2010

Regalos imprevistos.

Sabéis una cosa?
Es incríblemente curioso como cambian las cosas, las vueltas que da la vida.
Naces, creces, formas tu propia personalidad.
El tiempo pasa, y tú eres el mismo, pero y los que están a tu alrededor?
Pocas personas se mantienen.
Algunas de las que más querías son las que ahora menos soportas, y aquellas que nunca sospechaste que formarían parte de tu vida, son las que ahora la hacen girar.
Por qué?
Para ti sigues siendo la misma persona, son ellos los que fueron cambiando, los que iban trazando sus caminos cada vez más alejados del tuyo.
Ellos...
Ellos no piensan lo mismo, creen que te quedaste atrás, que te perdiste en algún punto del camino y ellos siguieron avanzando. 
No podían esperarte toda la vida.
Pero mientras estabas allí sola, y perdida, alguien te dio la mano.
Te cogió fuerte, para que no te perdieras, y te guió suavemente hacia donde él se dirigía.

Y desde ese momento, jamás te ha soltado.

Durante el camino, observaste de lejos a aquellos que en su día te dejaron atrás.
Los miraste desde lejos, sin que se dieran cuenta. 
Averiguaste los entresijos de sus vidas, sus nuevas personalidades, su nuevo entorno.
Después te miraste a ti, y te diste cuenta de, que mientras ellos seguían dando tumbos de un lado a otro, tu encontraste justamente lo que buscabas.
Mejor dicho, él te encontró a ti.
Casualidad? Imposible.
Y seguiste tu camino, como siempre de su mano, fuertemente agarrada, dándote cuenta una vez más, que el mundo te sonríe.
Eso sí, disimuladamente, para no despertar envidias. 

Simplemente espera. 
Cuando menos te lo esperes, tu regalo aparecerá.
Y será como por arte de magia.



domingo, 17 de octubre de 2010

Nunca.

Míralos, no son como tú.
¿No te das cuenta?
Lloras por su amistad,
deliras en sueños,
¿por qué?
¿por ser como ellos?


Cuando nadie parece entenderte, cuando parece que tu vida se agota, cuando parece que estás sola.
Nunca llores, nunca pierdas tu personalidad.
Ellos son copias, y tú, simplemente no eres una más.

Dentro de unos años, ellos no serán más que recuerdos.




viernes, 15 de octubre de 2010

Blanco y negro, raramente gris.

El corazón en la garganta, la peor sensación del mundo.
O por lo menos para mí.
Ansiedad, miedo, tristeza, todo junto y a la vez.
Miedo de perder, de que esa sensación de hablar contra una pared no cambie nunca.
Siempre los mismos problemas, siempre el mismo momento.
La misma explicación mil veces, y la misma respuesta de siempre.
Ningún acuerdo, ninguna solución. No hay interés común, no hay tregua.
Se puede vivir así toda la vida?
Porque no puedo vivir sin él.
Pero en eso no cambia.
Necesidad de estar sola, de no hablarle, de no escucharle, de no oír su voz.
Es un abismo, una espiral, un círculo cerrado, no consigues salir, empiezas en un punto y acabas en el mismo cuando llegas al final, y después vuelta a empezar otra vez.
Luego todo esto pasa, se olvida, y vuelvo a estar tan enamorada, pero odio este sentimiento.
Después vuelta a la felicidad de siempre...
Hasta la próxima.
Porque lo peor de toda esta situación es que sé que se volverá a repetir.
Es el problema de que sean los más mínimos detalles los que más feliz me hacen, y también los que peor me hacen sentir.
Para todo el mundo una tontería, una estupidez.
Para mí un vacío a mis pies.
Ultrasensibilidad, bipolaridad tal vez.



Ven, sígueme.

Dame la mano, déjate llevar.
Voy a hacerte reír, llorar de felicidad. 
Voy a hacerte saltar, gritar, sentir el mundo a tus pies.
Quiero que sientas la lluvia caer sobre ti, disfrutar de esa sensación, de la sensación de estar vivo.
Quiero que me mires con esos ojos verdes, que me demuestres todo tu amor en tan sólo una mirada.
Quiero que me digas unas palabras que me dejen sin aliento, unas palabras que recuerde toda la vida.
Ven conmigo, canta a voz en grito, baila abrazado a mí.
Saltemos en la cama cogidos de la mano, escuchemos música debajo de una sábana, como en otro mundo.
Déjame sentir el calor de tu piel, su olor, esa dulzura que desprende.
Deja que recorra tu cuerpo, hasta el rincón mas escondido, que bese hasta el último de tus lunares.
Déjame dormir sobre tu espalda, sabes que me encanta.
Susúrrame una canción al oído, aunque sea sólo la letra, te da vergüenza cantar.


Despiértame cada mañana con un beso en la mejilla, que lo primero que vea al abrir los ojos cada día, sea a tí abrazado a mi cintura.
Dime que me quieres mirándome a los ojos, acariciando mis mejillas.
Repíteme una vez más que quieres una vida conmigo.

Déjate fascinar con una canción, o con un simple sólo de guitarra.
Estremécete ante la inmensidad del universo al mirar la estrellas.
Ves la Luna? Nuestra Luna.
Dame la mano, déjate llevar, prometo hacerte feliz.
Simplemente, quédate conmigo.



jueves, 14 de octubre de 2010

Un año fantasma.

Recuerdo aquellas mañanas de sol en las que me levantaba con ánimos, alegría, encendía la radio y cantaba al ritmo de la primera canción que sonara.
Recuerdo que esa canción, aunque fuera una de mis odiadas, era la que me acompañaba después durante el resto del día.
Recuerdo sentirme llena de ilusión, con ganas de empaparme bajo la lluvia mientras llevaba el paraguas cerrado a mi lado en medio de un diluvio torrencial. Recuerdo cómo reía para mis adentros cada vez que todo el mundo caminaba en la misma dirección y yo iba en sentido opuesto.
Recuerdo aquellos días en los que el sueño podía conmigo en mitad de una clase de historia, cuando de repente un tigre en sueños se abalanzaba sobre mí, y daba un pequeño grito en medio de una clase inmersa en la Guerra Civil. Recuerdo las miradas divertidas, otras de extrañeza y sobre todo recuerdo el calor que aparecía en mis mejillas y que iba en aumento cada vez que alguien me lo mencionaba.

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Recuerdo mis tirantes rosas en aquella clase gris cubierta de chaquetas, el típico: ¿pero no tienes frío? y mis manos congeladas en contraste con mi cuerpo ardiente.
Recuerdo el calor que sentía por las mañanas después de dormir bajo cinco mantas durante toda la noche; ese calorcito que me tentaba a quedarme en la cama una hora más.
Recuerdo... Recuerdo tantas cosas...
Ahora es diferente.
Simplemente, no hay tiempo para disfutar, ni para reparar siquiera en los pequeños detalles, esos pequeños detalles que recuerdas cuando acaba el verano y te da una visión más optimista del otoño que comienza.
Ahora si pierdes un segundo, pierdes una tarde, un fin de semana, un mes, un año.
Es cuestión de concentración constante.
De agotamiento después.
Del agobio y el malestar que no te abandonan cuando por fin decides rendirte y salir a la calle.
El viento helado en tus mejillas contrasta con el empaquetamiento de tu cabeza, y te produce una sensación extraña.
Y justo en ese momento, en el que cierras los ojos para no desplomarte sobre el suelo, se escucha: la frase más simple, la más tonta, la más despistada, la más ingenua.
La que te salva del abismo, y te devuelve por una milésima de segundo de nuevo a la vida.
Vuelven las risas, la energía, la ilusión, las ganas de cantar, las de bailar bajo la lluvia, y hasta la semana siguiente, cuando ese momento se vuelva a repetir, volverás a estar muerta, sumida en un mundo que es tuyo pero que no lo es, pero al menos, sabes que volverás.
Y cinco minutos de vida son mejores que todos los años del mundo en muerte.




miércoles, 13 de octubre de 2010

Una espiral caótica: mi vida.

La verdad es que nunca antes me había parado a pensar con que palabra definiría mi vida.
Un espiral caótica.
Suena bien.
Raro, pero bien.
Más o menos como yo.

Resulta, que no soy más que un mar de contradicciones.
La música es mi pasión, pero me moriría del miedo al tan sólo poner un pie en un escenario.
Se podría decir que lo mío es el rock and roll, sobre todo el de los 80, pero jamás podría llevar el estilo de vida que representa.
Mi deseo frustrado, saber tocar una guitarra. Ser capaz de con tan sólo las yemas de mis dedos conseguir hacer estremecer a miles de personas como Mark Knopler, Journey o Aerosmith hacen conmigo cada día. Haber escrito la canción que hace girar la vida de una persona en los malos momentos, la que te da ánimos en un día de lluvia, o la que te hace llorar en esos momentos en los que no sientes más que soledad. Haber escrito esa canción con la que dos enamorados se conocieron, o esa que hace que al sonar dos personas se dirijan una mirada llena de la más profunda complicidad.
Hacer estremecer a más de 80.000 personas con tan sólo mi entrada en un escenario, como hace U2 en cada uno de sus conciertos, o ser capaz de envolverlas en otra atmósfera, como en un sueño, al más puro estilo de Coldplay. 

Mi otro mundo, escribir, contar historias. Poder hacer llorar a alguien de nostalgia o de alegria con tan sólo mis palabras.
Pero sabéis que?
Voy a ser médico. No me imagino trabajando de otra cosa en la vida.
Supongo que lo antes mencionado queda rebajado a la simple categoría de sueños, de esos que sabes que son pura fantasía.

Soy responsable, sé lo que tengo que hacer y simplemente lo hago.
Amo la fiesta. Salir con mi gente y darlo todo en una canción al ritmo de una guitarra.
También bebo, pero nunca en la vida podía coger una borrachera, mi organismo no me lo permite.
Mi sentido común tampoco.
Soy exigente conmigo misma, odio la sensación de poder haber hecho algo mejor cuando ya es demasiado tarde.
Me encanta reír, y confío ciegamente en los míos, por eso mis amigos son pocos. Nunca me han dado seguridad los grupos grandes, en ellos es muy fácil perderse.
Odio las decepciones, es casi lo que más odio en el mundo junto con la mentira y a la gente que daña a otros porque sí, porque necesitan hacerse notar.
A lo largo de mi vida he sufrido bastantes decepciones: algunas pequeñas, otras abismales.

No tengo amigas. 
Bueno, mentira, las tengo, son 4.
No las veo todos los días, y pueden pasar semanas y hasta meses sin hablarnos, pero sabeis una cosa?
Aun con las distancias y con nuestros diferentes caminos, siempre hemos estado ahí.
Por eso las quiero. Son las únicas personas en mi vida con las que he podido contar en todo momento. Aunque bueno, no las únicas, luego lo explicaré.
Os he dicho que no tengo amigas. No tengo amigas en el colegio.
No penséis que soy asocial o una marginada, para nada, siempre tengo gente a mi alrededor.
Ellas son...
Yo soy diferente.
Mire a donde mire todas las chicas que veo a mi alrededor se dividen en dos grupos:
el primero, es el de aquellas chicas que no piensan más que en llevar una vida de película americana, aquellas que necesitan llamar la atención a toda hora con risas escandalosas, que necesitan tener miles de comentarios de chicos que no han conocido más que por el tuenti, o aquellas que aun teniendo un novio que las quiera de verdad, no pueden resistir la tentación de ir buscando a otro al que poder calentar y que al día siguiente las agregue al tuenti.
El segundo, son conocidas. Las chicas que te caen bien, con las que hablas día a día, sales alguna vez, pero en el fondo no consideras como amigas.
Yo me considero como un grupo aparte: responsable, alocada, con ganas de pasármelo bien, pero sobre todo, con sentido común.

                                              Yo tengo amigos.
Y le tengo a él. Llevamos casi dos años. Era mi mejor amigo desde los 11. Nos conocíamos desde los 4. Ya no es mi novio, es mi mitad.
Hasta que le conocí mi vida era un completo caos, aunque estable a su manera: buenas notas, sin problemas, pero con una marea de gente entrando y saliendo de mi vida constantemente.
Él me ha dado seguridad en mí misma, me ha dado estabilidad, me ha dado una persona con la que contar, y sobre todo, una persona con la que querer compartir el resto de mi vida.
Somos un volcán y un mundo en las nubes todo junto. Puede sonar extraño, no sería la primera vez.

Y en la actual espiral de mi vida: el curso infernal, la típica duda del por qué no encajo en ninguna parte, la expectativa de un viaje que puede ser el mejor de mi vida o el peor de la historia, la incertidumbre de la posibilidad de tener una amiga más, una nueva pequeña decepción con el mundo que derramó las primeras lágrimas en mucho tiempo, y un nuevo proyecto del que nadie sabe absolutamente nada.
Éste.





lunes, 11 de octubre de 2010

Por qué?

Por qué aquí?
No sé, supongo que por el miedo al fracaso.
Mi sueño? Escribir.
Ideas? Millones. Más, quizá.
Simplemente un lugar donde poder hacerlo sin miedo a que mi posible futuro fracaso salga a la luz.
Nombre? Anónimo.
Edad? Indefinida, o puede que os vayáis dando cuenta por el camino.
El camino a dónde? Aun ni siquiera yo misma lo sé, supongo, que a dónde me lleve la vida.
Muy pronto empieza todo.