miércoles, 29 de diciembre de 2010

Espíritus libres, pura hipocresía

Más de una vez me he descrito como un espíritu libre.
"Espíritu libre".
Qué poético, no?
Abstracto.
Es cierto que lo soy, aunque sólo parcialmente.
No estoy ligada fuertemente a ninguna amistad, aunque dependo totalmente de mi otra mitad.
Él acapara toda mi alma, hasta el más mínimo rincón de mi corazón.
Los demás se encuentran tan sólo en la superficie.
"Espíritu libre".

Definitivamente, cada espíritu libre que vaga por el mundo es un espíritu herido, y lo sé por propia experiencia.
Son almas desgastadas por la experiencia, almas frágiles, que en un acto reflejo de pura auto protección implantan una especie de muro invisible entre ellos mismos y el resto del universo.
Un muro invisible de hormigón armado, para que nada les afecte, para que nada les desmorone.
Sin embargo, como toda gran construcción, tienen su pilar maestro, su talón de Aquiles, aquello a lo que entregan todo su ser, aquello que cubre sus más absolutas necesidades sentimentales, aquello que les completa.
No es un algo casual, ni mucho menos volátil.
Es algo que ha sido estudiado previamente a la perfección, algo que ha sido puesto a prueba, algo que se ha comprobado inofensivo.
A esa persona elegida le entregamos lo mejor de nosotros mismos, lo hacemos totalmente dependiente de nosotros, para que nunca escape, para que nunca quiera desaparecer.
La enamoramos locamente, hasta rozar el punto de lo peligroso, de la obsesión, hacemos que sea capaz de dar la vida por nosotros, que a penas tenga más vida fuera de nuestro universo.
Suena hasta perverso.

Culpa nuestra? Puede ser. O no.
Sinceramente, los "espíritus libres" no nacen, los hacen los de nuestro alrededor.
Espíritu libre?
Mentira.
Nadie lo es.
Cobardes, miedosos, heridos.
Eso es otra cosa, es la realidad.
Pero como siempre, la especie humana es especialista en encontrar eufemismos.

Viva la libertad.
La perversa y dolorosa libertad.



martes, 21 de diciembre de 2010

La más absoluta calma

Solía mirarse al espejo cada mañana, aún entre sueños y sin ganas de poner en orden aquella maraña de pelo.
Solía rebuscar en su armario cualquier camiseta, cualquier trapo fácil de poner, algo calentito capaz de aislarle de aquel mundo frío y estéril.
Solía salir de casa corriendo, ansiosa por llegar a aquella esquina. Por el camino, no podía evitar mirarse en los cristales de los coches escarchados y abandonados en un lado de la acera.
Miraba su perfil izquierdo, luego el derecho de reojo, y con cada cristal que dejaba atrás, iba aumentando su espanto: se avergonzaba de aquel aspecto.
¿Quién podría quererla así? ¿Quién caminaría a su lado sin avergonzarse? No podía continuar viviendo de aquella forma, tenía que cambiar desesperadamente.

Y entonces...
Entonces llegaba a aquella esquina, y allí estaba él, con sus ojos mágicos, su sonrisa dormida. Lentamente se acercaba a ella, y justo antes de besarla, le cogía suavemente de la barbilla, le miraba dulcemente a los ojos y le decía:

-Sabes? Hoy estás preciosa.

Después la besaba, hacía desaparecer su mundo, y sus problemas desaparecían hasta el día siguiente.
Y así era ella, y así era feliz.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Simple necesidad

Hoy...
Hoy necesito volar con un beso, sentirme viva, como si fuera la primera vez.
Es simple, pero no fácil.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Tú eres sensatez

-Sabes? Hacemos planes de futuro a cada segundo, y fuera el mundo grita! Somos jóvenes, más jóvenes de lo que seremos nunca, es la edad de volvernos locos, de cometer irresponsabilidades, de conocer a más de mil personas diferentes, de conocer más de mil maneras de besar! No sé, si seguimos juntos para siempre habrá mil cosas que nunca viviremos, que jamás podremos vivir, perderemos nuestra juventud.
Tú nunca tienes la sensación de que por esto tendrás que renunciar a tus sueños?

-Nunca. Yo antes de conocerte no tenía sueños, no lo entiendes? Mi único sueño eres tú, nuestra vida, nuestra casa, nuestros viajes, nuestros hijos, nosotros! No tengo nada más.
Sueños? Si claro, ya nunca podré ser atleta de élite, ganar millones por correr, o por jugar al fútbol! Pero eso no es nada, no es más que polvo, nunca fue mas que eso. Cosas que nunca podré hacer? Nunca podré entrarle a una chica, nunca sabré lo que es ir a una discoteca con mis amigos a ligar.
Y qué? Para qué lo necesito? No quiero otros besos que no sean los tuyos, no quiero que nadie más me toque si no eres tú.
Y tú? Cuáles son tus sueños?

-Yo? Yo quiero vivir en mil países diferentes: Londres, París, Nueva York... Quiero conocer su gente, quiero descubrir nuevas ciudades, y enamorarme de rincones que ahora mismo ni siquiera sé que existen. Y no sé, siempre pensé que mi vida sería como la de mi tía: viviría unos años en un país extranjero, allí me enamoraría, encontraría mi vida... Pero ahora no es así! Ahora quiero recorrer ciudades de tu mano, con un mapa para dos, leyendo mil guías de viajes en un tren a medianoche. Quiero que tengamos cien pisos distintos, y que después volvamos aquí y escojamos nuestra casa, que la pintemos juntos cuando esté vacía, cuando no tengamos más que un colchón.

-Y qué hay de malo en eso?

-Que tú nunca podrás salir de casa. Este es tu sitio, tu ciudad, donde te sientes cómodo, donde entiendes a la gente cuando te habla. Yo no podría pasar años en un país lejano a tu lado, sabiendo que tu no piensas mas que en volver a tu hogar, con tu familia, tus amigos, tu vida. Es un sueño que nunca podré cumplir.

-Pero no lo entiendes? Mi vida eres tú, mi vida, mi casa, mi hogar, todo eso está a tu lado. Me da igual si aquí, en una isla desierta o en la ciudad más abarrotada del mundo. 
Mientras llegue a mi casa después de trabajar y te encuentre a mi lado, mi vida será perfecta, yo seré feliz. 
Podremos vivir en cuantas ciudades quieras, y cuando nos cansemos de todo eso, volveremos aquí.
Elegiremos nuestra casa, la pintaremos juntos, nos pondremos perdidos de pintura, yo te pintaré la mejilla, y tú a mi la nariz y acabaremos echos polvo tumbados juntos en nuestro colchón. 
Aquí tendremos a nuestros hijos, les cuidaremos, se lo daremos todo, y después de todo eso, mi vida, después de todo eso nos sentaremos juntos en este mismo banco, y decidiremos cómo seguir.

domingo, 12 de diciembre de 2010

All you need is love

Se abrió la puerta, y allí estaba, al alcance de mi mano.
Simplemente alargué el brazo, extendí los dedos.
Tan sólo me limité a cogerlo:
Su corazón.
Felicidad en estado puro.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Spinning round and round

Yo creía que el mundo era una caja de sueños, una caja de esas que, al abrirlas, suena una musiquita simple, dulce y alegre, de esas en las que una bailarina inocente cobra vida al son de la música, dando vueltas sin parar, una tras otra, sin descanso, siempre sonriente.

Pero un día sin previo aviso, a la bailarina se le acabó la cuerda, dejó de bailar, la música cesó, y la caja se cerró con llave tragándose para si misma todos los sueños que podía imaginar.
Probé con todas las llaves que pude encontrar, incluso con aquellas que sabía eran demasiado grandes como para encajar. No dio resultado.


Sin embargo, durante una milésima de segundo un olor dulce, caliente, conocido, inundó mi habitación, un olor que alborotó hasta la más mínima fibra de mi ser, un olor que se apoderó de mi espíritu arrancándome la más profunda de las sonrisas.



Y entonces, la caja se abrió de nuevo, la música volvió a sonar, la bailarina siguió girando, y los sueños, otra vez al alcance de mi mano, a tan sólo un salto de distancia, y a veces, a simplemente una sonrisa.

Spinning round and round

Yo creía que el mundo era una caja de sueños, una caja de esas que, al abrirlas, suena una musiquita simple, dulce y alegre, de esas en las que una bailarina inocente cobra vida al son de la música, dando vueltas sin parar, una tras otra, sin descanso, siempre sonriente.

Pero un día sin previo aviso, a la bailarina se le acabó la cuerda, dejó de bailar, la música cesó, y la caja se cerró con llave tragándose para si misma todos los sueños que podía imaginar.
Probé con todas las llaves que pude encontrar, incluso con aquellas que sabía eran demasiado grandes como para encajar. No dio resultado.



Sin embargo, durante una milésima de segundo un olor dulce, caliente, conocido, inundó mi habitación, un olor que alborotó hasta la más mínima fibra de mi ser, un olor que se apoderó de mi espíritu arrancándome la más profunda de las sonrisas.


Y entonces, la caja se abrió de nuevo, la música volvió a sonar, la bailarina siguió girando, y los sueños, otra vez al alcance de mi mano, a tan sólo un salto de distancia, y a veces, a simplemente una sonrisa.

Dos puertas, una sola oportunidad

Puede el amor desaparecer de repente?
Evaporarse sin dejar rastro?
Dejar de existir sin más, dejando una total indiferencia ante los recuerdos que durante años han inundado tu memoria y te han hecho feliz durante innumerables días. semanas, meses.

Pueden escapar como por arte de magia esas mariposas que aparecían cada vez en el estómago ante su presencia, sus besos?
Puede ser que después de tanto tiempo el amor se desgaste de tanto usarlo?
Necesitar un cambio? Aunque eso signifique dejar de estar completa para estar completamente sola?

Decidme que no, que algo tan grande deja su huella para siempre marcada en el mundo, decidme que no puede escapar, que el amor verdadero puede ser para siempre.
Decidme que esto no es más que una mala racha, una intromisión indecente en nuestra felicidad, que todo esto son los efectos secundarios de un estrés fulminante, de que aparezca alguien diferente después de tanto tiempo acomodada sin líos extraños en la cabeza.
Necesito que me lo digáis, porque si no, estaría todo perdido, todo, y no soy de las que se conforman con la derrota.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Chin-Chin








Esta noche brindaré por tu egoísmo.
Hasta el lunes querido.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Extrañas sensaciones

¿Nunca os ha pasado que al pensar en vuestra vida es como si fuera una vida desconocida?
Como si no fueseis conscientes de ella, como si la vivierais sin prestar atención...
No sé si serán los exámenes, o tal vez una de esas revelaciones que cambian tu mundo para siempre, aunque claro está, siempre pueden ser tonterías mías...


P.D: Y pensar que mañana por fin recuperaré la mía...
Tal vez debería prestarle más atención de ahora en adelante.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Lágrimas de cristal.


A veces, lo único que necesitas para recuperar el control de ti misma es llorar, romper lágrimas contra el suelo.
Aunque sea en el momento más inoportuno.

      
   Si lo necesitas,

Llora.