Solía rebuscar en su armario cualquier camiseta, cualquier trapo fácil de poner, algo calentito capaz de aislarle de aquel mundo frío y estéril.
Solía salir de casa corriendo, ansiosa por llegar a aquella esquina. Por el camino, no podía evitar mirarse en los cristales de los coches escarchados y abandonados en un lado de la acera.
Miraba su perfil izquierdo, luego el derecho de reojo, y con cada cristal que dejaba atrás, iba aumentando su espanto: se avergonzaba de aquel aspecto.
¿Quién podría quererla así? ¿Quién caminaría a su lado sin avergonzarse? No podía continuar viviendo de aquella forma, tenía que cambiar desesperadamente.
Y entonces...

-Sabes? Hoy estás preciosa.
Después la besaba, hacía desaparecer su mundo, y sus problemas desaparecían hasta el día siguiente.
Y así era ella, y así era feliz.
Que melancólico y tierno a la vez :/
ResponderEliminarIgual no más me encantó jajajaja
cariños !
El principio tiene su tristeza, pero que lo tenga a él, es bonito y que le da la vuelta a la historia. No se gustará físicamente, se verá defectos, igual su estilo no le gusta... no lo sé. Pero le tiene a él y eso aporta felicidad. Y demuestra que alguien no se avergüenza de ella, que la quiere por como es :)
ResponderEliminarUn beso!!
http://thesesecretswillkillus.blogspot.com/ sigueme y comenta si te gusta :) Gracias .
ResponderEliminarPequeños gestos que te hacen dar un giro de 360º C, al fin y al cabo merece la pena tener personas que no miren tu exterior sino tu interior y de esas personas es una de cada diez o incluso de más, al final acabas por olvidarte del mundo y acaba dándote igual los pensamientos de la gente maliciosa.
ResponderEliminarte sigo! ;)
ResponderEliminarpasate por mi blog si te apetece y deja tu opinion ^^
un besoo
Qué bonito tu blog, me ha gustado mucho en serio, escribes genial:DD
ResponderEliminarte sigo guapa!
Muaks