Cuando un impulso eléctrico recorre todo tu cuerpo, cuando una sola chispa desencadena el fuego en tu interior.
En ese mismo momento, simplemente cierra los ojos.
Déjate llevar.
Tiembla, estremécete.
Disfruta.
Es un placer momentáneo, pasajero, volátil tal vez, de esos que no te permiten abrir los ojos después.
Es más que sexo, es más que simple placer, es más que un juego.
Es amor.
No lo sientes?
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Sueños por cumplir